En el frente cambiario, las novedades de las últimas semanas combinan un mensaje de calma oficial con una dosis importante de intervención y apoyo externo. Tras las elecciones legislativas de octubre, distintos análisis señalan que el Gobierno logró sostener la cotización del dólar dentro de la banda de flotación gracias a un mix de medidas: ventas de reservas, reducción transitoria a 0% de retenciones para ciertos complejos exportadores y apoyo del Tesoro de EE.UU., entre otros factores.
Según estimaciones citadas por medios especializados, desde la salida del cepo cambiario en abril el Banco Central y el Tesoro habrían intervenido por más de USD 20.000 millones entre ventas directas, emisiones de deuda y programas especiales para exportadores, con el objetivo de contener el tipo de cambio oficial y la brecha con los dólares financieros. A comienzos de octubre todavía quedaban alrededor de USD 700 millones de los incentivos al agro para evitar que el dólar toque el techo de la banda.
Al mismo tiempo, el mercado siguió testeando la parte alta de la banda cambiaria en septiembre, obligando al Banco Central a vender divisas cada vez que el tipo de cambio se acercaba al límite superior, en un contexto de volatilidad política y riesgo país todavía elevado. Pese a eso, la señal oficial fue clara: el esquema de bandas se mantiene y, según el propio Gobierno, se irá ampliando de forma gradual hasta volverse “irrelevante” más cerca de 2027, descartando por ahora una flotación totalmente libre.
En paralelo, el proyecto de Presupuesto 2026 enviado al Congreso proyecta un superávit fiscal primario de 1,5% del PBI, inflación en baja y un tipo de cambio oficial que seguiría moviéndose dentro del sistema de bandas, con una depreciación acotada en los próximos años. La apuesta del equipo económico es que la combinación de ajuste fiscal, disciplina monetaria y apoyo financiero externo alcance para seguir “anclando” al dólar sin necesidad de un salto discreto del tipo de cambio.
¿Qué significa todo esto para empresas y personas? Que la foto de corto plazo es de mayor previsibilidad formal en el mercado oficial (sin cepo y con bandas), pero apoyada en un nivel muy alto de intervención y en supuestos ambiciosos de superávit futuro. Para la gestión financiera del día a día, la recomendación prudente es no dar por “eterno” el actual clima de calma: conviene revisar contratos en dólares, políticas de precios y cobertura cambiaria pensando en escenarios alternativos, especialmente para negocios con alta exposición a importaciones o insumos dolarizados.